El pensamiento transmetodológico en ciencias de la comunicación: saberes múltiples, fuentes críticas y configuraciones transformadoras

Transmethodological thinking in communication sciences: multiple knowledge, critical sources and transformative configurations Pensamento transmetodológico nas ciências da comunicação: conhecimento múltiplo, fontes críticas e configurações transformadoras — Efendy MALDONADO Universidad de Vale do Rio dos Sinos / efendymaldonado@gmail.com

Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación
N.º 141, agosto - noviembre 2019 (Sección Monográfico, pp. 193-214)
ISSN 1390-1079 / e-ISSN 1390-924X
Ecuador: CIESPAL
Recibido: 13-07-2019 / Aprobado: 23-10-2019

Resumen

El artículo presenta la perspectiva “transmetodológica” en ciencias de la comunicación, a partir de una reflexión histórico-epistemológica de la constitución de esa vertiente en Brasil. Analiza la multiplicidad de fuentes teóricas, que hicieron posible esa configuración; los movimientos metodológicos realizados; las premisas filosóficas científicas, de organización de la propuesta; y los compromisos ético-científicos de esa línea de investigación crítica transformadora. Informa sobre las condiciones, los modos, las experiencias, las formas de organización configuradas. Explicita categorías, conceptos, argumentos y estrategias articuladores de la vertiente. Manifiesta el compromiso histórico con el bienvivir, y con la transformación del mundo, en términos de una ciudadanía científica renovadora.

Palabras clave: transmetodología; pensamiento crítico; América Latina; ciencias de la comunicación; transformación

Abstract

The article presents the trans-methodological perspective in Communication Sciences, based on a historical-epistemological reflection of the constitution of this aspect in Brazil. Analyze the multiplicity of theoretical sources, which made this configuration possible. The methodological movements performed, the scientific philosophical premises, of the proposal organization; and the ethicalscientific commitments of that transformative critical research line. Informs about conditions, modes, experiences and structure the organizational forms. Expose categories, concepts, arguments and articulating sources strategies. It expresses the historical commitment to well-being, and to the transformation of the world, in terms of a renewing scientific citizenship.

Keywords: trans-methodology; critical thinking; Latin America; Communication Sciences; transformation

Resumo

O artigo apresenta a perspectiva transmetodológica em ciências da comunicação, a partir de uma reflexão histórico-epistemológica da constituição dessa vertente no Brasil. Analisa a multiplicidade de fontes teóricas, que tornaram possível essa configuração; os movimentos metodológicos realizados; as premissas filosóficas científicas de organização da proposta, e os compromissos ético-científicos dessa linha de investigação crítica transformadora. Informa sobre as condições, os modos, as experiências, as formas de organização configuradas. Explicita categorias¸ conceitos, argumentos e estratégias articuladoras da vertente. Manifesta o compromisso histórico com o bem viver, e com a transformação do mundo, em termos de uma cidadania científica renovadora.

Palavras-chave: Research; transmetodología; pensamento crítico; América Latina; ciências da comunicação; transformação

1. Introducción

En los sesenta años de existencia de CIESPAL se han constituido importantes vertientes críticas en ciencias de la comunicación; en el caso latinoamericano, ese período ha sido la época de germinación, organización, articulación y fortalecimiento de algunas perspectivas, que han contribuido y favorecen de modo decisivo la existencia de un área de producción teórica, e de investigación crítica, de importante impacto en la producción de conocimiento comunicacional.

En este artículo el foco está orientado al análisis histórico/reflexivo de la perspectiva “transmetodológica”, que surgió en mediados de la década de los 90, del siglo pasado, en el núcleo de “epistemología de la comunicación” de la Escuela de Comunicaciones y Artes, de la Universidad de São Paulo. De hecho, convergieron para esa configuración investigaciones teóricas/históricas sobre la constitución del pensamiento crítico en comunicación en América Latina. Por otro lado, confluyeron investigaciones empíricas multidisciplinares sobre las apropiaciones simbólicas, los usos y los consumos de la ficción seriada brasileña de públicos de las clases trabajadoras, de las clases empresariales y de las clases medias de São Paulo en una perspectiva “multi-metodológica”. De manera no menos relevante, esas investigaciones problematizaron, en las dimensiones teórica-metodológica-epistemológica, las propuestas de pensamiento holístico del núcleo de “epistemología del periodismo” de la ECA. Ese ambiente institucional, e grupal, de ebullición investigativa, estuvo profundamente atravesado por las matrices críticas mundiales en ciencias sociales, ciencias del lenguaje, ciencias sicológicas, y pensamiento crítico en ciencias físicas, biológicas y matemáticas.

A diferencia de los manuales cronológicos de clasificación del conocimiento en el campo, o de los textos oficiales dedicados a enaltecer las virtudes del poder hegemónico, las investigaciones coordinadas en la USP por Maria Aparecida Baccega, Cremilda Medina y Maria Immacolata Lopes establecieron las condiciones de libertad, rigor, organización, experimentación inventiva y compromiso ético para que la investigación teórica/metodológica (epistemológica) fluyese con intensidad, vigor e inspiración. Así, el milenario y crucial descubrimiento humano, de la necesidad de la “producción colectiva del conocimiento”, tuvo una realización fecunda, tipo tsunami, en un contexto de lucha, contradicciones, adversidades, y de gratificantes victorias en el orden existencial, político, afectivo, social y científico.

2. Problemas objeto, fuentes y partes de una complejidad crítica eminente

Una sistemática y extensa investigación, sobre la producción teórica en comunicación entre los años 1959 y 1992 en América Latina, hizo posible identificar y seleccionar tres vertientes/autores, que impactaron con singular energía ética, fortaleza teórica, penetración académica y riqueza metodológica en la constitución de un campo de pensamiento crítico en comunicación en América Latina. Ese conjunto fue constituido por Eliseo Verón, Armand Mattelart y Jesús Martín-Barbero como sujetos históricos, pensadores e investigadores que mediante ilusiones, ensayos, proyectos, cursos, organizaciones de investigación, publicaciones, trabajo académico, gestión política y profundo compromiso con la producción de conocimiento, habían trabajado estratégicamente por la constitución de un pensamiento comunicacional crítico y transformador, desde distintos lugares, diferentes perspectivas, y en continuo conflicto con los poderes burocráticos, autoritarios, conservadores y anacrónicos.

Un primer aspecto, de articulación de esa selección, fue la fortaleza teórica construida por eses autores en su trayectoria; de hecho, a diferencia de la cultura académica común en el campo de estudios en comunicación, Verón, Mattelart, Martín-Barbero, ubicaron a la investigación teórica como parte central, estratégica, de sus procesos de producción. En los tres casos, cabe apuntar la consistencia, la abertura y la capacidad para articular saberes transdisciplinares para pensar e investigar problemáticas de comunicación. La opción epistemológica, de esos tres autores, hizo posible que su crítica a la moda “instrumentalista, funcionalista y mecanicista”, en el campo, sea profunda, sistemática, consistente y transformadora. Desde diferentes posiciones (des)construyeron el modelo conservador/funcionalista estadounidense, y brindaron alternativas teóricas suscitadoras para investigar las realidades en comunicación.

3. Vertiente Verón

En el caso de Verón, la experiencia de investigación en los hospitales siquiátricos de Buenos Aires, socializada en el libro Comunicación y Neurosis, muestra la capacidad para combinar referenciales teóricos de la Escuela de Palo Alto, de la antropología estructural articulada por Lévi-Strauss, y de la semiología estructural francesa para pensar, sistematizar y situar problemas básicos de comunicación, en grupos de personas “obsesivas, neuróticas e histéricas”, como alternativa “pluri-metodológica” fecunda para inaugurar su vertiente. No obstante, las limitaciones propias de una investigación inaugural, audaz, experimental y carente de grandes recursos financieros; esa experiencia fue paradigmática, porque mostró la potencia y los límites de un proyecto de articulación transdisciplinar en un campo en formación. En efecto, la combinación contradictoria de factores e hipótesis llevarían a Verón a la búsqueda de fuentes y metodologías, que hicieran posibles aproximaciones más interesantes a la problemática de los procesos de comunicación. La opción epistemológica fue ampliar los referenciales teóricos, incluir a la semiótica de Pierce, y hacerla central en la arquitectura sociosemiótica fabricada por Verón. Pero, a pesar de esa centralidad, ese referente también fue insuficiente; por eso necesitó reconfigurar su pensamiento teórico/metodológico, en diálogo con caminos como los realizados por Umberto Eco; así, Verón tendrá que incluir la lógica de Gödel y la teoría de los actos del lenguaje de Austin, para en contraposición y diálogo con esos referentes producir su teoría de la “semiosis social”, y su método de “análisis de discurso”.

De hecho, esos referentes no excluían un conjunto expresivo de teorías y metodologías de producción (semiología estructuralista, antropología, sicología sistémica, psiquiatría social, sociología estructuralista, filosofía del lenguaje) , que fueron ocupando lugares de relevancia y de auxilio en un proceso concreto de desafío para producir conocimiento en comunicación. Es así, con esa fortaleza teórica, que el autor operó en sus análisis de las revistas semanales para investigar la producción de “ideología;” o trabajar en el análisis de la “cultura política” preponderante en Argentina; o inquirir sobre la producción simbólica en la TV; y, en los mismos términos de complejidad, analizar las campañas publicitarias y de propaganda política en Francia.

En esa línea de investigaciones y pensamiento, la sociosemiótica producida por Verón lo desafiaría a fabricar un concepto general, articulador de las problemáticas que había trabajado; como resultado surgió el concepto de “mediatización”, una categoría (concepto general) que aglutina procesos y componentes para trabajar los procesos de comunicación. En ella, las sociedades se organizan, transforman, articulan y existen en profunda e intensa imbricación con los sistemas mediáticos, los poderes simbólicos, los procesos de semiosis y los campos sociales; estructuralmente condicionados por las culturas (tecno)mediáticas instituidas de modo preponderante.

De manera paradoxal, dadas las características político-culturales de América Latina, las producciones teórico-metodológicas de Verón van a tener mayor reconocimiento, realización y apropiación en importantes núcleos de investigación y pensamiento crítico en Brasil, y no en los países de lengua oficial castellana. Su producción, enseñanzas y trabajo comprometido con el conocimiento, generaron líneas de investigación, seminarios, cursos, publicaciones relevantes en ese contexto. El conjunto de su obra lo configuró como un precursor, un constituidor, un realizador incansable de la investigación, y del pensamiento en comunicación en América Latina. Crítico profundo del “funcionalismo”, de las modas intelectuales, de los “facilismos metodológicos”, de las producciones superficiales del marketing académico oportunista, utilitarista, instrumentalista.

4. Vertiente Martín-Barbero

Jesús Martín-Barbero, a diferencia de Verón, no es un autor de origen latinoamericano; pero su trayectoria, y en especial su constitución como un teórico de la comunicación si lo es, y fue siendo profundamente latinoamericano. En términos jurídicos es un ciudadano colombo-español, en términos teóricos comunicacionales eminentemente latinoamericano. Y para reflexionar sobre eso, es importante reconstituir las fuentes y las partes que configuraron su pensamiento. No sería posible comprenderlo sin situarlo en la filosofía, en su formación filosófica, primero en la España franquista, autoritaria, inquisitorial, que lo desafiaría a trabajar en las catacumbas del conocimiento, para beber de los ricos referentes críticos de su comunidad de origen. Y posteriormente en su formación doctoral en Lovaina, en sus estudios libres en Paris, en su necesidad como parte de la generación de los sesenta del siglo XX, de romper paradigmas, de aprender de la vida, de constituir nuevas formas de comunidades académicas, de pensamiento y de trabajo investigativo.

El proceso de transferencia de Europa para Colombia fue decisivo, para su desestructuración como intelectual europeo, formal, sofisticado, apartado del cotidiano popular, misionero del conocimiento (traductor y maestro) al servicio del llamado “Tercer Mundo”. “Nuestra América” profunda, muy bien representada por Colombia en este caso, desestabilizó a este pensador, a punto de llevarlo a desafiar el orden académico europeo, y conseguir que una tesis de filosofía en Lovaina trate del pensamiento y las propuestas metodológicas de Paulo Freire, y sea defendida en español y no en “latín, francés o inglés” como la jerarquía neocolonial exigía; esos “detalles” muestran la fuerza, la potencia y la transformación latinoamericana producidas por el autor.

En un proceso peculiar, pero con características comunes a lo que se constató en Verón, Martín-Barbero comprendió prematuramente la necesidad de trabajar una perspectiva teórica “transdisciplinar”; en su caso, la formación filosófica abrió importantes opciones de pensamiento y acción. Su aproximación al campo de conocimiento en comunicación va a ser por medio de la semiología estructuralista, de la hermenéutica de Ricoeur y Merleau-, y de la pedagogía de Paulo Freire. Pero la avidez de su energía teórica, de manera intensa y dinámica, lo llevaría a trabajar con un conjunto importante de autores de los estudios críticos británicos; así mismo, lo introduciría en el debate entre Benjamín y Adorno; lo incentivarían a revalorizar al romanticismo, al pensamiento anarquista; a los pensadores de la diáspora; a las nuevas corrientes críticas en comunicación en América Latina.

En la dimensión metodológica Martín-Barbero pasó de las reflexiones filosóficas abstractas, y de los formalismos analíticos semiológicos, al análisis de las “mediaciones comunicativas de la cultura”, mediante investigaciones concretas con personas en procesos de interrelación con la producción simbólica mediática (“investigaciones de recepción”). Sus trabajos sobre la inserción de las “culturas populares” en la producción mediática hegemónica son renovadores, y diferenciadores en relación con los modelos instrumentales preponderantes (tanto “funcionalistas” cuanto críticos). En paralelo a Verón, y en perspectiva diferente, ha sido un crítico implacable del “funcionalismo”, del “instrumentalismo”, del “mecanicismo”; en síntesis, de la dependencia intelectual neocolonial de los modelos hegemónicos estadounidenses de investigación en comunicación.

Martín-Barbero, durante sus sesenta años de historia latinoamericana, ha constituido una línea de pensamiento, y de investigación, fecundas; que han penetrado y han sido apropiadas por importantes comunidades, grupos y equipos de investigación en la región. Simultáneamente, y dada la flexibilidad de sus propuestas, han existido apropiaciones formales, que no han brindado pensamiento transformador estratégico para el campo; pero, que no obstante sus limitaciones, han contribuido para cuestionar los modelos funcionalistas vigentes. Es importante señalar que tanto en Brasil, como en los países de habla castellana (preponderante), la circulación de este autor es significativa en los núcleos, equipos, grupos e instituciones de producción teórica en comunicación; para eso, ha sido un factor importante el compromiso del autor con la organización de asociaciones de investigadores y universitarias, como ALAIC y FELAFACS.

5. Vertiente Mattelart

Armand Mattelart en unión con su compañera de vida y lucha Michèle Mattelart, han constituido la que denominamos vertiente Mattelart, que es una línea de producción teórica y de investigaciones estratégica para el pensamiento crítico, antiimperialista, socialista y democrático en comunicación y ciencias sociales en América Latina. Los Mattelart son personas de origen europeo, que llegaron a “Nuestra América” hace aproximadamente sesenta años, para trabajar y aprender con los pueblos y las culturas de la región. De manera paralela, y similar a lo que sucedió con Jesús Martín, y también a toda una generación de europeos, que fueron encantados por América Latina, como el que indicaba el futuro para la humanidad; Armand y Michèle quebraron su etnocentrismo y su logocentrismo eurooccidental, y se (des)construyeron como sujetos históricos, pensadores e investigadores en Chile, y en “Nuestra América”. En ese proceso, los fenómenos de comunicación mediática, propaganda política, campañas por el control de la natalidad, campañas por la modernización al estilo de EUA, los afectaron profundamente, y generaron problematizaciones cruciales, que fueron una de las principales fuentes del pensamiento crítico naciente en comunicación en América Latina.

La Universidad Católica de Santiago, el CEREN (Centro de Estudios de la Realidad Nacional), y el gobierno de Salvador Allende 1970-1973, constituyeron los contextos de producción inicial, de aquello, que con el tiempo se transformaría en una de las más importantes líneas de pensamiento crítico comunicacional mundial. En este caso, como en los dos anteriores, la confluencia transdisciplinar fue decisiva para constituir la fuerza, la competencia, la pertinencia y la capacidad de invención producidas. Los referenciales teóricos de partida fueron las ciencias sociales, la demografía, las filosofías críticas europeas, el estructuralismo semiológico y, principalmente, para construirse como pensadores e investigadores en comunicación, el choque simbólico existencial que se produjo al compartir con exiliados latinoamericanos, pensadores y pensadoras perseguidos por los gobiernos autoritarios en sus países de origen, proyectos, trabajos, reflexiones, cursos, seminarios, planes de gobierno, publicaciones y producción investigativa. Esos referentes críticos, en especial Paulo Freire, Celso Furtado, Ruy Mauro Marini, Ariel Dorfman, Mabel Piccini, produjeron una explosión teórica y metodológica importante, que llevó a los Mattelart a la necesidad de ampliar la investigación teórica, de modo a perfeccionar las aproximaciones a los procesos de comunicación, tanto de los sistemas industriales, cuanto de los procesos de receptividad por públicos de las clases populares. Esos movimientos teóricos hicieron necesaria la introducción de la economía política, de la semiología estructuralista, de las ciencias políticas, de la historia de las ideas, del pensamiento cultural crítico británico y estadounidense, de las micro sociologías, de la antropología urbana, del área de relaciones internacionales, de la geopolítica del poder transnacional, de las sociologías de las culturas populares, del pensamiento jurídico sobre control, punición, vigilancia y represión, del arte y de la filosofía de Marx, para constituir un complejo referencial teórico potente, presente en sus diálogos, confrontaciones, argumentos y análisis.

A partir de América Latina los Mattelart se constituyeron como referentes continentales y mundiales del pensamiento crítico en comunicación, sus obras condensan saberes estratégicos de la problemática comunicacional. En la perspectiva histórica, los procesos de “mediatización” son pensados a partir de su estructuración concreta en las formaciones sociales capitalistas; en ese aspecto, los libros La invención de la comunicación; Comunicación Mundo: historia de las ideas y de las estrategias; Internacional publicitaria; Historia de la sociedad de la información, por ejemplo, muestran la constitución del concepto de mediatización, en una óptica crítica histórica que penetra los análisis contemporáneos de manera fecunda. Obras como El imperialismo en busca de la contrarrevolución cultural; Multinacionales de la cultural; Multinacionales y sistemas de comunicación: los aparatos ideológicos del imperialismo; La comunicación masiva en el proceso de liberación; Frentes culturales y movilización de masas; Un mundo vigilado, por ejemplo, trabajan de manera sistemática una comprensión económico política estratégica sobre el poder hegemónico en el mundo, y la necesidad de construir poderes alternativos, mundos posibles, diferentes del capitalismo salvaje, vigente en América Latina.

Las obras epistemológicas también han estado presentes con vigor, entre ellas, Pensar sobre los medios: comunicación y crítica social; Historia de las teorías de la comunicación; L’Imagination dialectique son referentes importantes del pensamiento crítico comunicacional en el mundo. Cabe destacar el esfuerzo como editor del pensamiento crítico en comunicación, que se concentra en la antología publicada por CIESPAL Comunicación y lucha de clases, trabajo realizado junto a Seth Siegelaub, en el que Armand Mattelart muestra fuentes teóricas cruciales para pensar la comunicación en una perspectiva socialista. En libros como Un mundo vigilado; De Orwell al ciber-control; La utopía planetaria; Geopolítica de la cultura; La mundialización de la comunicación es el aspecto del poder transnacional mundial que se problematiza con vigor; en esos trabajos, se destaca el tratamiento con multiplicidad de fuentes; confrontación de informaciones con procesos históricos reales; organización sistemática de los bancos de datos, en combinación con importantes reflexiones, testimonios y referencias científicas de ruptura.

En Por una mirada mundo: conversaciones con Michel Sénécal, tenemos una reconstrucción epistemológica, a partir de una entrevista histórica en profundidad entre Armand Mattelart y su interlocutor. En ese libro, el carácter transdisciplinar y transmetodológico de Mattelart se expresa de manera fehaciente. La importancia de la “historia de vida intelectual e investigativa” en la reflexión epistemológica, es conducida de manera fecunda por los autores, y el “sujeto-objeto” de investigación realiza un ejercicio de reflexión epistemológica vigoroso y de expresivo impacto estético.

La investigación de los Mattelart sobre los “sistemas mediáticos” ha tenido especial socialización en los libros Para leer el Pato Donald: comunicación de masas y colonialismo; El carnaval de las imágenes, la ficción en la TV; La publicidad; La televisión alternativa; Tecnología, cultura y comunicación. En la problemática de la mujer Michèle publicó dos obras de referencia: La cultura de la opresión femenina y Mujeres e industrias culturales.

Es necesario ubicar esa importante y extensa producción en su carácter crítico, sistemático, socialista, transformador y existencial. Para los Mattelart las sujetas y sujetos históricos, los “sujetos comunicantes”, son un aspecto articulador, creador, productor, reconstructor y subversor de los procesos. Su trabajo con las categorías “sistemas y estructuras” no expulsa a los “sujetos” de la historia, de su papel crucial en la vida de las sociedades, instituciones, complejos industriales, agencias de control y espionaje, colectivos, partidos y todo tipo de organización sociocultural. Al afirmar esa posición, los autores no sucumbieron a las tentaciones formalistas, funcionalistas, estructuralistas, autoritarias, que durante varias décadas excluyeron, desde las “derechas” y desde las “izquierdas”, a los “sujetos comunicantes” de los “problemas-objeto” y de la producción del conocimiento.

En estos sesenta años, los primeros de la historia del “pensamiento crítico comunicacional” en América Latina, la contribución de la vertiente Mattelart ha sido estratégica, dinamizadora, fortalecedora, problematizadora, orientadora y suscitadora. De hecho, la transformación en autores mundiales no significó una ruptura con “Nuestra América”, por el contrario, brindó y cualificó a las comunidades de investigación crítica en la región con informaciones, conocimientos, problematizaciones, actualizaciones y orientaciones epistemológicas amplias y cruciales.

6. El movimiento transmetodológico

En este artículo se reflexiona y argumenta sobre la constitución del “pensamiento crítico en comunicación” en América Latina, a través de tres vertientes (líneas, corrientes, culturas, conjuntos de producción teórica e investigativa) que consiguieron trabajar las dimensiones “epistemológica, teórica, metodológica y tecnológica” de manera “transdisciplinar” y “transmetodológica” vigorosa, que penetró y afectó significativamente al pensamiento y a la investigación en comunicación, de núcleos científicos críticos avanzados en la región.

El proceso de investigación, las premisas, las directrices, las hipótesis, y, de manera decisiva, la realidad de ser parte de una articulación de producción colectiva de conocimiento, con interlocutoras e interlocutores de excelencia académica e investigativa, hizo posible el “salto dialéctico” producido a partir y al interior de los procesos de investigación, que generó la “transmetodología”, como perspectiva epistemológica para problematizar, (des)construir y reconstruir métodos en la investigación científica, y, con énfasis, en el campo científico de las ciencias en comunicación.

La riqueza de experiencias y conocimientos producida por las tres vertientes explicitadas, de manera sucinta en este artículo, fue el “problemaobjeto” investigado a partir del diálogo y de la confrontación con epistemologías dialécticas (Marx, Lenin, Gramsci, Sartre, Tsetung, Giap); genéticas (Piaget), históricas (Bachelart, Koyré, Foucault, Hobsbawm, Wallerstein, Santos); antropológicas (Cassirer, Bateson, Certeau); filosóficas (Wittgenstein, Cassirer, Adorno, Habermas, Haller, Norris,), que problematizaron, adensaron e hicieron posible construir argumentos consistentes sobre los tres “problemasobjeto” de referencia investigados. En esa praxis teórica e investigación epistemológica fue necesario estudiar y sistematizar las principales fuentes de conocimiento de esas vertientes; lo que posibilitó una aproximación profunda y revitalizante del espíritu científico, y aprendizajes estratégicos para pensar la comunicación.

Así, fue definiéndose un primer componente “transmetodológico”, que afirma la necesidad de la “problematización epistemológica” de/en toda investigación, y en particular en la de comunicación. Esa problematización hace imprescindible una “investigación teórica estratégica”, que se sumerja en las categorías, conceptos y en las lógicas de las teorías estudiadas. Exige que el/ la investigador (a) se abra gnoseológicamente para incorporar los contenidos propuestos por los autores; los (des)construya y reconstruya en un conjunto argumentativo propio. Demanda, también, que cada pensador (a), investigadora (o) articule, organice y fecunde conocimientos durante el quehacer investigativo. Ese, es un desafío de significativo esfuerzo, imprescindible, e inventivo, para fluir en el camino de la producción de teorías y métodos, sin la cual la investigación se limita a rutinas repetitivas escolares; sin un ejercicio epistemológico, que atraviese el conjunto de niveles, dimensiones, aspectos, operacionalizaciones, concretizaciones y acciones de la investigación, las investigaciones perderán en calidad y en potencia de conocimiento.

Un segundo componente “transmetodológico”, es aquel que afirma la necesidad de la confrontación y de la confluencia de métodos para la construcción de problemáticas vigorosas, estratégicas, transcendentes, complejas y fecundas. En el caso de los ·problemas-objeto” en comunicación, su carácter “multidimensional-multicontextual,” que configura mezclas “hipertextuales,” tecnológicas, matriciales, culturales, mediáticas e simbólicas; es imprescindible el concurso de varios métodos, perspectivas, trillas, tácticas para trabajar las estructuraciones, configuraciones, organizaciones, dinámicas e interrelaciones en las que se expresan los “objetos-problema”. La historia de la investigación en ciencias de la comunicación muestra las reducciones, limitaciones y distorsiones que el autoritarismo y el exclusivismo metodológico producen; para superar esos problemas la “transmetodología” propone la obligatoria “problematización metodológica” en toda investigación, que genere una estrategia metodológica fecunda, mediante la combinación y la reformulación de métodos en diálogo con las necesidades de la problemática en construcción.

En ese sentido, se niega la simple aplicación de métodos como estrategia de producción de conocimiento, se afirma que toda apropiación y aplicación tiene como condición previa una necesaria problematización metodológica, que oriente el trabajo investigativo y conduzca a un montaje consistente, pertinente y fecundo, de un “complejo metodológico” propio de cada investigación. Este componente afirma, también, que no existe posibilidad de generar conocimiento sin INVESTIGACIÓN, que ella es condición necesaria para producir teorías, argumentos, hipótesis, nociones, estrategias, tecnologías, procedimientos y conceptos.

En términos “transmetodológicos” la Teoría es concebida como una praxis, como un tipo de investigación, como un trabajo de fabricación intelectual, que demanda una ruptura con los referentes que piensan y limitan el quehacer teórico a contemplación, especulación, ejercicio retórico espectacular, juego de operadores semánticos vacíos o diletantismo intelectual. Para la vertiente “transmetodológica”, la dimensión teórica está constituida por el conjunto de saberes y conocimientos producidos durante siglos por la humanidad; ese conjunto complejo, múltiple, inmenso, fructífero, limitado y potente, exige un trabajo en equipos, una actitud de humildad desafiadora y audaz, un respeto irreverente, un trabajo esforzado y sistemático de inmersión, exploración, reconocimiento, aprendizaje [entrada en la lógica, en los contenidos, en los componentes, en las relaciones, en los argumentos, en las proposiciones, en las hipótesis de las teorías]; y principalmente de una “reconstrucción teórica” propia, que junte la existencia “multiecológica” con el rigor, la experimentación, la fuerza investigativa, el trabajo abstracto exigente, la consistencia argumentativa y la producción de categorías, conceptos, hipótesis, ideas, pensamientos, nociones y teorías. Se afirma, así, la necesidad de producir “teorías vivas”, como propuestas que dan continuidad a la riqueza gnoseológica construida por la humanidad. Argumentos que, al mismo tiempo, rompen con los pensamientos que limitan la reformulación y reconstrucción teórica necesaria; categorías y conceptos que fluyen en las existencias, en los ethos; sin separar, fragmentar, reducir la complejidad multidimensional de lo real.

Las dimensiones “epistemológica”, “metodológica” y “teórica”, en la perspectiva “transmetodológica”, nutren a la dimensión técnica, al atravesarla como teorías, estrategias y concepciones en acción, y constituirla como “dimensión tecnológica”. Por consiguiente, en las investigaciones, las técnicas que se aplican no pueden ser meros instrumentos, o procedimientos, o rituales mecánicos, o fórmulas y esquemas repetidos. Las técnicas precisan de una problematización específica, en diálogo con las dimensiones epistemológica, metodológica y teórica, que concretice y operacionalice un montaje fructífero y consistente. De hecho, las técnicas son la “mediación de investigación” que relaciona lo abstracto y lo concreto; sin el diseño de técnicas apropiadas y coherentes con la problemática, el ejercicio de la investigación se vuelve burocrático, repetitivo, intranscendente y conservador.

La interrelación entre “lo abstracto y lo concreto” orienta para la necesaria comunicación entre la producción teórica, de conjuntos de argumentos [conceptos], y la construcción de “objetos empíricos” [constructos metodológicos descriptivos], que no son la simple copia de los “objetos de referencia” presentes en el mundo. En la realidad contemporánea, dado el poder del “modelo positivista” de ciencia, se cree en los “objetos de conocimiento” como dados, ofrecidos, existentes en la realidad comunicacional, social, cultural, física, biológica, etc. La “transmetodología”, en comunión con todas las vertientes críticas que exigen la construcción de “problemas de conocimiento” (Marx, Lenin, Bachelard, Gramsci, Cassirer, Russel, Wittgenstein, Adorno, Bakhtin, Brecht, Gortari, Sartre, Levfebre, Foucault, Japiassu, Santos, Ianni, Chomsky, Barthes, Bourdieu, Mattelart, Certeau, Ginzburg, Eco, Wallerstein, Prigonine, Harvey, Sfez, Verón, Martín-Barbero, Muniz Sodré) afirma la necesidad de la producción de “objetos empíricos”, como “constructos sintéticos”, que reconstruyen los “objetos, fenómenos, procesos” de la realidad, mediante la formulación de sus estructuras, sus relaciones internas, sus componentes, sus lógicas, sus vínculos externos, su configuración de conjunto. Los “objetos empíricos” son por lo tanto diferentes de las realidades que expresan y representan, trabajan en esas realidades mediante una praxis teórico-metodológica que procura traducir, reconstruir y sistematizar aspectos considerandos relevantes para comprender, explicar y generar conocimiento sobre esas realidades. Son otra realidad, de la cual fueron recortadas partes consideradas auxiliares, o pertinentes a otras problemáticas; por consiguiente, esos “objetos empíricos” pierden en multiplicidad fenomenológica concreta, y ganan en fuerza comprensiva, lógica, explicativa, cognitiva, inventiva y argumentativa.

La problemática “transmetodológica” concibe a las ciencias de la comunicación, como una “transdisciplina” que tiene en su núcleo central componentes constituyentes de las ciencias sociales, de las ciencias del lenguaje, de las ciencias sicológicas, de las ciencias políticas [con énfasis en la economía política], de las artes y de los conocimientos tecnológicos. Su fundamentación filosófica requiere del concurso de filosofías dialécticas, filosofías del lenguaje, filosofías hermenéuticas, filosofías heurísticas, filosofías pragmáticas y filosofías sobre la técnica. De hecho, no es plausible limitar el campo a contribuciones de esos referentes; en la coyuntura actual de intensas transformaciones, las contribuciones de las neurociencias, de la informática, de las ciencias físicas, de las ecologías científicas es crucial.

Varios campos científicos pueden y han contribuido para las problematizaciones comunicacionales; sin embargo, la historia de la constitución de nuestro campo, de investigación científica, muestra “problemáticas articuladoras” que han organizado líneas de investigación consistentes, penetrantes, socializadas, abarcadoras y potentes; entre ellas tenemos, por ejemplo, la interrelación “comunicacióncultura” que ha generado propuestas teóricas suscitadoras y críticas, como la de las mediaciones comunicativas de la cultura (Martín-Barbero, Orozco, Lopes), de las mediaciones sociales (Martín Serrano), de las investigaciones culturales (Bateson, Mills, Willians, Certeau, Guinzburg, & Hall), y la línea decolonial (Dussel, Castro Gómez, Lander, Mignolo, Torrico, & Restrepo, León).

Otra línea de conocimiento e investigación organizadora y articuladora de investigaciones vigorosas y fecundas ha sido la de la “mediatización,” trabajada en sus inicios a partir de los análisis de discurso mediáticos (Verón, & Neto), fue ampliándose en términos de una sociosemiótica, de una sociología de los sistemas mediáticos, de análisis críticos de las culturas y las tecnologías profesionales, de problemáticas sobre el ethos comunicacional (Muniz Sodré), de investigaciones sobre la receptividad comunicativa y la interrelación de los públicos con los media (Maldonado, Bonin, & Neto). En esta línea, aspectos sistémicos, jurídicos, discursivos, políticos, retóricos, culturales y técnicos han sido abordados con singular fuerza metodológica y competencia interpretativa. Las argumentaciones producidas durante este siglo, en esa orientación, contribuyen significativamente para la articulación, organización y sistematización de los problemas comunicacionales.

La vertiente Mattelart ha trabajado intensamente en la comprensión de la Comunicación Mundo, ha situado las problemáticas comunicacionales en el (multi)contexto mundial; para eso se ha utilizado de combinaciones teóricas potentes, de la filosofía dialéctica y de las filosofías críticas (Marx, Gramsci, Sartre, Foucault, Derrida, Guattari, Habermas); de la economía política (Tremblay, Lacroix, Lévesque, Garnham, Cesareo, Grandi, Richeri, Stourdzé, Bustamante, Zallo), de la sociología (Lasswell, Lazarsfeld, Katz, Goffman, Gubern, Serrano, Moragas), de la Socio-semiótica (Barthes, Greimas, Eco, Verón), de las investigaciones culturales (Simmel, Mead, Parsons, Lévi-Strauss, Certeau, Willians, Hogart, Geertz, Morley); de problemáticas tecnológicas (Nora, Mind, Innis, MacLuhan, Queré, Latour), entre importantes referencias. Ese conjunto, ha producido un conocimiento crítico en comunicación, que constituye un referente necesario para comprender la problemática del poder, de la hegemonía, de la vigilancia, de los controles y de la violencia sistémica generada, propagandizada, promovida, y mundializada por el Complejo Militar Industrial Informacional de las oligarquías estadounidenses. De ese modo, los problemas de conocimiento en comunicación han sido ubicados en su entrelazamiento intrínseco con el “sistema mundo capitalista globalitario” [autoritariomundial]. En la vertiente Mattelart no hay fragmentaciones entre los mundos intersubjetivo, (intra)subjetivo, comunitario, local, institucional, familiar, cultural, microsociológico, étnico, de género y el [macro]mundo gestionado por los poderes hegemónicos mundiales [financieros, militares, ideológicos, políticos, tecnológicos]. La investigación en comunicación, y su consecuente producción teórica, trabaja lo micro en interrelación con lo macro; las lógicas de poder mundial en interrelación con las lógicas de los poderes locales; los diseños, sistemas, aplicativos mundiales en sus realizaciones cotidianas en el mundo comunicativo de los ciudadanos. Esa postura epistemológica ha hecho posible la generación de importantes aprendizajes en comunicación, y ha fortalecido la investigación y el pensamiento crítico en comunicación en América Latina y el mundo.

En esta articulación “transmetodológica”, la línea de pensamiento e investigación teórica articulada por Martín-Barbero, construyó esa pertinencia y amplitud, que revitalizó el campo crítico en comunicación en América Latina al ubicar las mediaciones comunicativas de la cultura, como eje central de construcción teórica y de proyectos de investigación concretos. De hecho, Jesús Martín montó un conjunto teórico vigoroso de carácter trans-disciplinar que combinó filosofía (Adorno, Horkheimer, Heidegger, Benjamin, MerleauPonty, Ricoeur, Foucault, Derrida, Virilio, Morin, Bauman), investigaciones críticas culturales (Gramsci, Bakhtin, Willians, Hoggart, Dufrenne, Cirese, Richeri, García-Canclini, Brunner, Sunkel, Reguillo), sociología (Goldman, Habermas, Bourdieu, Lechner, Mattelart, Castells, Giddens), que hizo posible la configuración del modelo teórico metodológico de las Mediaciones Comunicativas en una orientación cartográfica peculiar, suscitadora, que abrió un campo académico investigativo fecundo en América Latina.

7. Bases transmetodológicas

La perspectiva “transmetodológica” se configuró a partir del trabajo de investigación teórica sobre las vertientes Verón, Mattelart y Martín-Barbero, como referentes relevantes de pensamiento e investigación crítica en América Latina; en interrelación con el trabajo de investigación empírica, en el proyecto integrado Ficción y Realidad, con la participación de nueve grupos de investigación de la USP, la PUCSP y la UNESP. Ese proceso ubicó importantes premisas, categorías, conceptos, líneas metodológicas, experiencias de ruptura sistemática y prácticas transformadoras, tanto en la praxis teórica cuanto en los haceres investigativos concretos (concepción, planificación, programación, exploración, experimentación, diseño, reformulación, cooperación microsociológica, interpenetraciones culturales, renovación de las culturas académicas).

Cabe apuntar, que esa explosión cognitiva fue posible por hubo un proceso histórico de formación previa, que constituyó saberes y conocimientos consistentes, a partir de las ciencias físicas, filosofía de la ciencia, historia de la ciencia, de las ciencias políticas, de la historia, de la economía política, de la semiología, de la sociología y de la investigación metodológica sistemática. Esa articulación teórica y estratégica diseñó una combinación metodológica “impura”, que combinó investigación cuantitativa/cualitativa de la producción mediática (ocho −grandes− periódicos/diarios impresos de Ecuador; tres años de difusión [1981;1982;1989]; 11 agencias internacionales de noticias; 33 fuentes de información; 15 países; 20 variables y 144 subvariables), mediante sistematización informática; análisis exploratoria; análisis clasificatoria; producción de cuadros de análisis, matrices, formulación de variables para análisis de denotaciones y connotaciones; confrontación de fuentes; análisis ideológica y análisis interpretativa comunicacional política epistemológica. Los resultados alcanzados en un intenso y extenso proceso de investigación fueron gratificantes, mostraron que la combinación de perspectivas metodológicas enriquecía y fortalecía los datos construidos; que las interpretaciones ganaban en fuerza argumentativa, y en interrelación con la realidad, cuando trabajaban a partir de un “objeto empírico” concreto, sistematizado por la investigación documental informacional. Esos resultados mostraban también que el análisis discursivo de los enunciados producidos en noticias, reportajes, editoriales, crónicas y titulares ganaba en comprensión, al ser situado en contextos históricos, geopolíticos, culturales, mediáticos y comunicacionales reconstruidos por el análisis comunicacional de la investigación. El “objeto teórico”, a la vez, se nutría de una diversidad de contribuciones transdisciplinares que combinaban desde filosofía de la ciencia, lógica, semiología estructural, ciencias históricas, ciencias políticas, american communication research, pensamiento crítico latinoamericano y sabidurías ancestrales, étnicas y coyunturales, articuladas a partir del trabajo sociopolítico en América Latina

En la fase actual, de intensificación de las contradicciones históricas entre el poder imperialista y las fuerzas que actúan por el establecimiento de un orden mundial multipolar. Época en la cual las contradicciones potentes, al interior de las formaciones sociales, se agudizan, y se vuelven antagónicas entre los sectores, movimientos, comunidades, clases subalternas y los poderes oligárquicos. Dado que ellos pretenden mantener un orden neocolonial, dependiente del capital hegemónico transnacional, que provoca exclusión, pobreza, explotación del trabajo humano y contaminación ambiental. Que, a la vez, esos grupos privilegiados generan contradicciones estratégicas culturales, por sus pretensiones etnocéntricas de imponer una “cultura única” (american way of life), que niega el valor y la diversidad de la multiplicidad cultural humana, y fabrica guerras para imponer un modelo único de existencia. En estos tiempos, las contradicciones económicas entre los poderes hegemónicos capitalistas transnacionales y las fuerzas económicas emergentes, presentan una peligrosa tendencia a la confrontación destructiva. Es así, que para garantizar un orden anacrónico, que beneficia a élites oligárquicas “globalitarias” del mundo, ellas constituyeron el “Complejo Militar Industrial Informacional”, como núcleo central del imperialismo en su afán desmedido por la producción de lucros (plusvalía). Esa lógica salvaje y anacrónica ha generado una cultura mundial de violencia extrema, que se ejecuta en guerras interminables por el control del poder en el mundo; el objetivo central de generar “lucro” se realiza de manera sistemática mediante la matanza de millones de personas. Lo que no niega, el objetivo central, coyuntural, de generar caos y debilitar proyectos de sociedad, de economía solidaria, de organización política, de diversidad cultural, de ejercicio de la ciudadanía, de pensamiento libre, de producción de conocimiento científico al servicio de los pueblos.

En esa coyuntura de contradicciones, la “transmetodología” enfoca la problemática tecnológica, comunicacional, como un proceso revolucionario de transformación radical de las condiciones de producción simbólica; en el cual, la invención de la dimensión digital cambió profunda e intensamente el mundo de los procesos comunicacionales y mediáticos. En ese proceso, han sido reconfigurados los modelos, los modos, las formas, las lógicas y las vivencias socioculturales, por la revolución tecnológica digital. Los procesos de comunicación son hoy atravesados y condicionados por los algoritmos, que configuran dispositivos y dimensiones (espaciostiempos) digitales para la vida mediático y comunicativa. Si ya, en épocas marcadas por las estructuraciones analógicas, era necesario combinar métodos, para trabajar la investigación de manera fecunda; hoy, esa opción estratégica, es imprescindible. ¿Cómo investigar procesos transmediáticos?, que mezclan, reconstruyen, combinan y configuran narrativas, formatos, lógicas, culturas y géneros “mosaico”; si se continúa separando, fragmentando, reduciendo y debilitando problemáticas.

La perspectiva “transmetodológica” propone, en el orden lógico, trabajar una “multiléctica”, que concibe la comprensión de los procesos, de los fenómenos y de la praxis inventiva, en interrelaciones dialécticas múltiples; lo que potencializa la investigación, y le permite acceder a la densidad de lo “concreto “en “movimiento”. En esa orientación “transmetodológica”, ni las lógicas, ni los métodos, ni los diseños tecnológicos −que participan en el proceso de conocimiento− son exclusivos. Así, se afirma la “multiplicidad” y se niega la “exclusividad” metodológica; la pretensión positivista de autoproclamarse como método único de la ciencia. En términos transmetodológicos, se reconoce el valioso y profundo salto gnoseológico, que la humanidad dio al descubrir los “límites del conocimiento científico”, con la “ruptura de los paradigmas totalizantes” (física de Newton, lógica axiomática, ciencias sociales positivistas, geometría euclidiana, modelo cartesiano, etc.). A partir del siglo XX los campos científicos saben que el conocimiento se hace, y parte, de una diversidad de contribuciones teóricas, metodológicas, epistemológicas y tecnológicas; en efecto, los avances del conocimiento, en todos los campos, confirmaron la necesidad del concurso “multidisciplinar” para trabajar e investigar “problemasobjeto” en su complejidad. En el caso de las ciencias de la comunicación, su configuración múltiple, de interrelaciones multidimensionales, exige visualizaciones epistemológicas, argumentaciones teóricas, diseños metodológicos y configuraciones tecnológicas TRANS, que combinen estrategias y tácticas de investigación, de acuerdo con la concepción metodológica que sustenta la línea de investigación del problema; y en consonancia con las orientaciones epistemológicas, que el diálogo entre los procesos concretos de referencia y el dispositivo teórico trabajado hagan posible.

En la “transmetodología” confluyen las dimensiones: ética, política, filosófica, cultural y sociológica, para cuestionar, confrontar y desmontar la noción positivista de “científico neutro”, “pasteurizado y especialista restricto”. Se afirma, en la perspectiva “transmetodológica”, que él (la) científico (a) es un “sujeto histórico” atravesado por condicionamientos de orden ideológico, técnico, social, cultural, institucional y político; y, en sintonía con eso, que las investigaciones requieren de una explicitación clara y consistente sobre el papel y las características del investigador (a), como factor clave en la producción del conocimiento. La posición positivista, que niega y oculta ese aspecto crucial de la investigación, genera efectos de poder, de conservadorismo, de burocratización, de dependencia, que afecta significativamente al trabajo científico. No hay ciencia sin científicos, y sus estrategias, comportamientos, posiciones, visiones y propuestas necesitan de una problematización inventiva.

En la perspectiva “transmetodológica” la vida, las especies, los hábitats, el mundo requieren de una acción científica ecológica, que vincule los objetivos de la producción de conocimiento, con los objetivos del “bienvivir”. Por consiguiente, en cada investigación, esa premisa tiene que realizarse mediante definiciones concretas, que expliciten los modos y las formas de impacto de las investigaciones en el mundo, y en las personas. La investigación en comunicación no puede restringirse a la problemática de los sistemas, de las industrias, de las técnicas, de las instituciones y de los discursos. Su campo de problematización es mayor, y combina procesos y fenómenos complejos, que enfocan en “problemas-objeto” que incluyen, de manera constitutiva básica, las siguientes dimensiones: “semiosfera”, “psicosfera”, “socio-esfera”, “tecnosfera”, “biosfera”, “antropósfera”; que constituyen dimensiones fuertes de los problemas comunicacionales.

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