Red CIESPAL XXI
Por la construcción de conocimientos y ciudadanía
Heriberto CARDOSO MILANÉS
Doctor en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad de Oriente, Cuba. Más de 30 años de experiencia docente e investigativa sobre diferentes materias periodísticas y de comunicación. Investigador auspiciado por el programa Prometeo, en convenio Senescyt-CIESPAL en el periodo diciembre 2013 – julio 2014.
Correo: hcmilanes@gmail.com
Recibido: junio 2014 Aprobado: julio 2014
Resumen
El presente informe expone los avances del proyecto Red Ciespal XXI, una iniciativa creada en el marco del convenio entre CIESPAL y el proyecto Prometeo, que busca ofrecer una plataforma de acceso e intercambios de información especializada en comunicación para toda América Latina.
Palabras clave: Red CIESPAL XXI, comunicación, instituciones académicas, observatorios de la comunicación
Red CIESPAL XXI
Building knowledge and citizenship
Abstract
The present report informs about the advances of Red Ciespal XXI, an initiative created in the framework of the agreement between CIESPAL and Project Prometeo, which seeks to provide a platform for access and exchange of specialized information in communication for Latin America.
Key words: Red CIESPAL XXI, communication, academic institutions, observatories of the communication
Los temas de la comunicación y el periodismo, objeto del nuevo Proyecto Red CIESPAL XXI llevado a cabo en el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina Ciespal, con el auspicio de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) de la República del Ecuador, se han convertido cada vez más en ejes principales de varias tendencias controversiales que se manifiestan en los marcos de los procesos políticos que viven la América Latina y otras partes del mundo; pero también en el ámbito de la ciencia, la ética, la pedagogía, la economía política, y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Principios como el carácter democrático y de servicio público de la comunicación, el derecho a la libertad de prensa y expresión, la necesidad o no de regulación interna y externa de los mass media, así como el papel de las instituciones académicas, científicas y profesionales relacionadas con el Periodismo y la Comunicación, repercuten en otros temas tales como los problemas de la formación y superación de profesionales de alto nivel para laborar en este escenario y el derecho ciudadano a recibir una información responsable, contrastada, verificada y de calidad, plasmada en el artículo 22 de la Ley Orgánica de Comunicación en Ecuador (Asamblea Nacional de la República del Ecuador, 2013); así como la necesidad de contribuir a conformar audiencias críticas con capacidad de evaluar el mensaje de los medios y participar activamente en la construcción de sus significados.
Todo ello, de una forma u otra, guarda relación con los derechos sociales a la comunicación y transcurre en los escenarios de la llamada Sociedad de la Información y del Conocimiento, en los que las TIC desempeñan cada vez más un papel protagónico. Sin embargo, también aquí se manifiestan tendencias que los estudiosos del tema deben tener en cuenta; tales como el control de los flujos de información por manos privadas, la dispersión de sus fuentes, la ausencia de redes integradoras de los diferentes factores y campos concurrentes, de la misma forma que el innegable componente ético y político presente en la discusión y manejo de tales temas.
Una diversa y profusa literatura sobre el asunto trasciende la producción teórica y hasta el discurso público, impregnados a su vez por tales tendencias; pero donde muchas voces coinciden en la búsqueda de caminos y esfuerzos integradores que tiendan a garantizar cada vez más los verdaderos derechos sociales a la información, la comunicación y el conocimiento, como un ejercicio de ciudadanía y un derecho humano básico y natural.
La comunidad científica viene llamando con reiteración a profundizar en estos temas y situar la investigación y el trabajo académico en un lugar de primer orden: “Tenemos por delante problemas urgentes como la inclusión digital, el pluralismo y la diversidad cultural en los medios y, más allá aún, el sentido mismo de ser ciudadano en un mundo global abierto y culturalmente con/fuso” (Sierra Caballero, 2013, p. 27)
Y Alain Ambrosi lo expresará en otros términos: “La sociedad puede encontrarse con que prácticamente ha perdido la capacidad de crear, de compartir de manera inclusiva y equitativa el conocimiento, de participar democráticamente en las estructuras políticas, de expresar la diversidad cultural y la identidad, e incluso la capacidad de aprender de las generaciones pasadas y presentes” (Ambrosi, Peugeot, & Pimienta, 2006, p. 170). Pero ante esa situación, advierte: “’Los derechos a la comunicación’, como concepto y como práctica, tienen potencialmente la profundidad y la amplitud para analizar y entender estos peligros y diseñar soluciones integrales para enfrentarlos” (2006, p. 170)
Llevando este análisis al contexto latinoamericano, la reciente II Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), con la participación de las máximas autoridades de estos países, reconocía la situación y también llamaba a la búsqueda de soluciones integrales en su Declaración de La Habana:
Fortalezcamos nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos; demos mayores oportunidades a nuestra gente; construyamos sociedades más inclusivas; mejoremos nuestra productividad; estrechemos nuestro comercio; mejoremos nuestra infraestructura y conectividad y las redes necesarias que unan cada vez más a nuestros pueblos (el subrayado es nuestro); trabajemos por el desarrollo sostenible, por superar las desigualdades y por una más equitativa distribución de la riqueza, para que todas y todos sientan que la democracia les da sentido a sus vidas (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC, 2014, pp. 1 - 2, subrayado propio)
Este dramático reclamo no sólo incumbe a los políticos, sino también, como hemos visto, a los investigadores, profesores, profesionales, estudiantes, ciudadanos y ciudadanas comunes de toda “nuestra América”, como la llamara el ilustre cubano José Martí. Corresponde a ellos la búsqueda, creación y socialización de información y conocimientos que aporten a este propósito común, el perfeccionamiento de los programas de formación y superación académica y científica, la construcción de una deontología de la comunicación a tono con la nueva época que vive la región, el aprendizaje colectivo en la formación de nuevos imaginarios como resultado de la lectura crítica del mensaje mediático, y el desarrollo de una cultura ciudadana de la comunicación, que asuma ésta y la practique consecuentemente.
La integración en estos campos, sin embargo, supone un proceso complejo, en el que un primer peldaño necesariamente ha de pasar por el re-conocimiento mutuo, a partir del cual pueda generarse la participación, el intercambio y la comunicación; y como más alto eslabón del mismo, la construcción y difusión del conocimiento de manera sistematizada, a través de diversas formas estructuradas de educación y autoeducación.
El objetivo estratégico estaría entonces determinado por la creación de una comunidad cognoscitiva, en la que el papel de la academia y centros de superación al estilo de CIESPAL, asuman la investigación como un instrumento que “enriquezca un saber y un pensar crítico sobre la comunicación y sus estrechas relaciones con la sociedad y la cultura, que profundice el debate y el diálogo como centro del trabajo reflexivo, que permita avanzar hacia la constitución de una comunidad cognoscitiva” (Checa Montúfar, 2013b, p. 9)
Otros coinciden en reconocer la importancia de esa idea y su incidencia en los propósitos de forjar la unidad continental: “Se reconoce como necesario educar al ciudadano para que asuma un rol activo en el proceso de integración. En este aspecto, el espacio institucionalizado de la educación, Escuelas y Universidades, juegan un rol fundamental en la creación del ser humano integracionista” (Arce Rudón, Londoño Cancelado, Escandón Montenegro, & Zeta de Pozo, 2009, p. 137).
El empleo eficiente de redes virtuales para lograr tales fines, por supuesto, no queda al margen de esta visión: “El reto para un empoderamiento contínuo y sostenido de la redes sociales como herramienta de producción de información y conocimientos supone sobrepasar su uso instrumental y hacer un esfuerzo por diversificar los lenguajes y códigos de comunicación, así como accesibilidad, educación y conocimientos. Las redes sociales deben tener como correlato la conformación de una comunidad virtual que logre incidir políticamente” (Velasco, 2013, p. 87)1.
Acometer tal proceso supone varias preguntas a las cuales hay que ir encontrando respuestas. La primera de ellas, con múltiples direcciones, pudiera ser la siguiente: ¿Qué instituciones académicas, científicas y profesionales actúan en los campos del Periodismo y la Comunicación, en Latinoamérica y el Caribe, y qué programas o actividades realizan actualmente, que puedan ser de interés para quienes se desenvuelven en este ámbito del conocimiento y de la geografía continental?.
“Atenea”: Actividad académica de 34 países en una base de datos
Bajo la influencia de esos llamados se definió el marco geográfico y las áreas temáticas de la Red CIESPAL XXI, el cual abarca 34 países de su entorno. Y en éste, dos de sus variables más complejas: “Universidades” y “Organizaciones Científicas y Profesionales”, campos que forman parte de su base de datos más extensa: “Atenea”. Ellas registran y ofrecen las fichas de más de 600 instituciones de educación superior y más de cien centros de investigación y entidades gremiales o profesionales que se desenvuelven en torno a esos temas.
Portales como The World University Ranking (www.timeshighereducation.co.uk), el QS World University Rankings (www.topuniversities.com) o el Altillo.Com (www.altillo.com/universidades), y otros, a escala mundial o regional, y varias decenas de sitios “nacionales”1, ofrecen información sobre el tema “universidad”, pero en ocasiones parcial y desactualizada. También hay otros portales de asociaciones institucionales como FELAFACS (Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación), UDUAL (Unión de Universidades de América Latina), Red Académica Uruguay, con datos o repositorios de documentos referentes a sus centros afiliados; mientras que la carencia de proyectos de investigación, insuficiente producción teórica, ausencia de publicaciones científicas y pocas convocatorias y participación en eventos, o la no información acerca de los mismos, dejan en duda la verdadera realidad de lo que acontece en muchas de ellas. Sólo reuniendo información tomada de varias de esas fuentes y yendo al sitio matriz de la universidad u organización interesada, resulta posible acercarse más al dato exacto, contando finalmente con la colaboración de sus protagonistas para la verificación definitiva y su actualización, una vez que la plataforma se encuentre en línea y sus usuarios tengan pleno acceso a ella.
El repositorio de datos incluye tanto la información institucional de carácter general como la que se refiere a programas de formación académica en pregrado y posgrado, proyectos investigativos, publicaciones, eventos y otras actividades, concediendo importancia en primer orden a las cifras estadísticas que dan una idea de su magnitud.
“Atenea” ofrece espacio a su vez para el ingreso de los datos personales y profesionales de doctores en ciencias de cada país, y obras teóricas creadas por éstos u otros autores, con el propósito de convertirse en un repositorio de material inédito, de valor científico, que no ha tenido acceso a otras fuentes indexadas cuyo carácter restrictivo y a menudo excluyente lo ha impedido. De ahí que, sin perder el rigor de su análisis antes de situarlo en línea, estos campos se conviertan en un verdadero incentivo para aquellos interesados en una mayor visibilidad dentro del ámbito académico, y un canal “abierto” donde socializar e intercambiar los resultados de sus proyectos investigativos.
“Argos”: Cien ojos para la observación de los medios
Un segundo cuestionamiento sería preguntarse ¿Qué publican los medios y quiénes y qué se observa de su comportamiento?
Más de un artículo (Castellanos Díaz, 2013; Herrera & Christofoletti, 2006; Torrico, 2009, entre otros) sobre los llamados observatorios de medios de comunicación (OMC), listados y otras propuestas, se han publicados en los últimos años, en los cuales se hace referencia a estas instituciones que en cifras crecientes y desde variados ángulos realizan el análisis crítico de la producción mediática en sus respectivos países. Las cifras que comprometen sus autores al respecto varían, y van desde una veintena hasta las que se aproximan al medio centenar, sin dejar de hacer consideraciones en cuanto al nivel de actividad y permanencia de los mismos y en torno a algunos temas que éstos abordan.
Son más excepcionales los datos en cuanto a las metodologías de organización y funcionamiento de éstos y acerca de la información que se genera en ellos. Investigar sobre el asunto implica la necesidad de conocer que tal observatorio existe, y en segundo orden, el acceso directo a sus respectivas páginas web para obtener sus datos, suponiendo que efectivamente el sitio dé cuenta de ello.
Sin embargo, en el caso de los OMC se trata de un tipo de entidad que se incorpora al panorama de la comunicación y la acción de los medios en magnitudes crecientes, y que está llamada a la realización de una importante función de control y regulación externa de aquellos, así como en la formación de audiencias críticas y elevación de la calidad de la información periodística que éstas tienen derecho a recibir. La necesidad de construir redes que integren sus líneas de investigación y la socialización de sus resultados a nivel continental va siendo cada vez más obvia. En tal sentido existen experiencias interesantes en Brasil, México, Perú, Chile, Argentina y otros países de la región. La más reciente ocurrió en Ciespal, Quito, el pasado mes de mayo, cuando seis observatorios del área decidieron comenzar a trabajar en un proyecto conjunto, sobre el tema de la “(In) seguridad ciudadana y su representación en los medios de comunicación”2.
Otro tanto ocurre con la variable “Veedurías Ciudadanas”, instituciones cuyas observaciones repercuten igualmente en el perfeccionamiento de la atención a muchos temas de carácter social, la participación y comportamiento de instituciones y ciudadanía, y con mucha frecuencia, lo que los medios de comunicación publican acerca de ello.
El tercer componente de esta base de datos, por último, es el que se refiere a los “Defensores de Audiencias”, un espacio destinado a la opinión ciudadana sobre lo que publican los medios. Su función es el desarrollo de la “alfabetización mediática”, a través del ejercicio de la “lectura crítica”, como expresión del carácter democrático de la opinión y el derecho ciudadano a expresarla libremente.
La crítica ciudadana debe ser fomentada desde diferentes instancias, empezando por las políticas estatales orientadas al desarrollo de ella y de una alfabetización mediática; sólo audiencias formadas serán selectivas y exigentes con respecto a la calidad de la oferta mediática, sólo así entendemos la fiscalización o auditoría o control ciudadano de los medios. Es una ciudadanía activa que, además, fortalece la libertad de expresión entendida indefectiblemente en su doble dimensión: como derecho de todos, y como obligación, la de asumir ese derecho con responsabilidad social que se concreta en dar una información de calidad y ética: plural, equilibrada, verificada, sin censura previa pero con responsabilidad ulterior (Checa Montúfar, 2013a, p. 13).
“Espejo”: construyendo el paradigma ético del periodismo y la comunicación latinoamericanos
Quizás el tema ético y jurídico, y los paradigmas del periodismo y la comunicación y sus medios, objeto de la tercera base de datos de la Red CIESPAL XXI, constituyan el componente más importante y al propio tiempo controvertido del Sistema; ya que sus registros pueden repercutir directamente sobre asuntos polémicos que permanecen en el debate público, relacionados con la deontología del comportamiento mediático, sus enfoques, los procesos de regulación y autorregulación de la comunicación, la correlación entre libertad y responsabilidad del ejercicio profesional, y los derechos y obligaciones éticas y legales, tanto de los profesionales de la comunicación, como de los medios, otras instituciones y ciudadanía.
Por tal razón la pregunta a hacernos en este caso podría ser: ¿Cuáles son los principios y valores de una práctica periodística y comunicativa adecuada y quiénes pueden considerarse digno ejemplo de ello?
El primer problema en tal sentido es la construcción y reconocimiento del propio paradigma ético que asume como tal la plataforma, a partir del cual han de ser estudiadas y propuestas las figuras más representativas, bajo la calificación de “Grandes Maestros del Periodismo y de la Comunicación”3, reservado para aquellas personas excepcionales que históricamente practicaron el periodismo como un instrumento de liberación y de cultura integral. El apóstol cubano José Martí y el patriota ecuatoriano Juan Montalvo, encabezan los nombres de esta galería en CIESPAL XXI.
La gran prensa nacional y transnacional y organizaciones que agrupan a sus propietarios, han secuestrado y manipulado términos como “democracia”, “libertad de prensa”, “libertad de opinión”, “derecho a la comunicación”, y otros, propios de la concepción liberal y neoliberal establecida durante decenas de años en toda Latinoamérica y en el mundo; en un escenario teórico y político en el que hoy surgen y se contraponen otros conceptos como los de “Periodismo responsable”, “derechos sociales a la comunicación”, “libertad de información”, “imperialismo mediático”, “periodismo libertario”, entre muchos, tras los cuales se proclama un papel diferente como misión de la prensa y del periodista, comprometidos con la causa emancipadora de los pueblos y la construcción de sociedades más democráticas y participativas .
La disyuntiva para investigadores, profesores y profesionales del periodismo y la comunicación, podría resumirse en las palabras de Florencia Saintout: “…o el periodismo asume la explicación neoliberal del mundo que lo condena a ser mera herramienta de un orden ignominioso para lo humano, reproductor de la palabra de unos pocos; o se posiciona en los procesos de construcción de emancipación de sus pueblos ayudando a parir las voces, los olores, los sonidos, las imágenes y la lengua de aquellos que luchan por un horizonte de justicia” (2013, p. 80).
Aquí el papel de la consulta a expertos y el aporte de reconocidos profesionales e investigadores de ambos campos, resulta imprescindible, partiendo de un proceso de creación permanente de la teoría, basada en el rigor de datos y enfoques, y al propio tiempo la flexibilidad necesaria para no esquematizar ni idealizar o estigmatizar ningún personaje, sino situarle en el lugar y acreditarle debidamente sus aportes, aun partiendo del reconocimiento de su excepcionalidad.
Sus datos biográficos y profesionales, y el acceso al texto de su propia obra y la de estudiosos que le han abordado, completan la información que ha de justificarle entre los registros del Sistema Red CIESPAL XXI. En esta dirección se argumenta la necesidad permanente de investigaciones que enriquezcan el material reunido sobre cada figura y la identificación e incorporación de otras nuevas, como una actividad permanente.
Otro campo como el de “Premios Periodísticos” da cuenta de los tipos de reconocimientos establecidos por organizaciones en diferentes países, para premiar los mejores trabajos publicados por la prensa. Es la vía para ingresar y ofrecer información sobre destacadas prácticas del oficio, expresión de otro ángulo paradigmático, desde una visión de actualidad. El acceso a los sitios web de cada una de las instituciones emisoras es la fuente directa para completar los datos publicados en la Red.
Finalmente el repositorio de códigos de ética, leyes y otros documentos normativos, en su texto original, último campo de “Espejo”, facilita la opción de su estudio detallado y el análisis comparativo, a cargo de investigadores y otros estudiosos interesados, y constituye una fuente donde el ciudadano común y sus instituciones pueden aproximarse al conocimiento de principios y normas, que de alguna manera también guardan relación con sus derechos ciudadanos.
Informarse, conocer, participar en la construcción del conocimiento
La Red CIESPAL XXI no podría garantizar la debida calidad y actualidad de sus datos, sin la necesaria participación de una cifra creciente de colaboradores, expertos y ciudadanos comunes, quienes desde sus respectivas instituciones o a título personal, aportarían la información y el dinamismo de los contenidos que requiere cualquier base de datos; además de recibir a un tiempo los servicios que la misma debe ofrecerle.
De ahí que informarse, conocer y participar, sean tres momentos de la interacción entre el usuario y la plataforma, a través de los cuales se convierte de “receptor-consumidor” a la condición de “emisor-productor” activo del conocimiento. Se trata de ejercer el derecho real a recibir y aportar en un sistema interactivo, participativo y dinámico, y para lograrlo, la construcción de una “comunidad cognoscitiva”, como condición para una “ciudadanía comunicativa”, interconectada y abierta al intercambio y la creación colectiva, lo cual obviamente sólo será el resultado de un proceso de “Educomunicación” y autoeducación permanente.
Ello supone, a partir del lanzamiento y puesta en producción de la Red CIESPAL XXI, el inicio de una etapa de ajuste, enriquecimiento y ampliación de sus fuentes de conocimiento, con nuevas investigaciones y aportes a su repositorio de datos, de una parte; pero de otra, la intensificación de sus acciones comunicativas para acercar aún más sus archivos y hacerlos llegar al usuario con eficiencia; así como la creación de redes de trabajo conjunto y organización de grupos de contacto; a fin de garantizar la formación de una verdadera comunidad que enseña y aprende, alrededor de los temas del periodismo y la comunicación.
La publicación de un boletín (newsletter) con notas actualizadas sobre hechos y eventos que reflejan la dinámica de las bases de datos, y una bitácora trimestral, con artículos, resúmenes y análisis estadísticos de diferentes temas ingresados en el sistema, constituyen los medios de comunicación más importantes de la plataforma; combinados con una adecuada inserción y manejo de redes sociales como Twitter, Facebook, YouTube y Linkedin, para lograr una presencia y posicionamiento rápidos de Red CIESPAL XXI.
Todo ello sería sin embargo insuficiente, ante los propósitos de crear una verdadera comunidad cognoscitiva, aprovechando las potencialidades que aporta la propia red en su dinámica. Para ello, resulta imprescindible estudiar la organización y oferta de programas virtuales on line formalizados y sistematizados, a través de plataformas e-learning de muy fácil acceso y manejo por el usuario. CIESPAL y otras instituciones del continente cuentan con muchas fortalezas, en primer lugar el volumen de datos reunidos sobre sus destinatarios; pero también su experticia y alianzas para la realización de eventos de capacitación, con la participación de destacados estudiosos de los temas de comunicación, en sus numerosas y complejas ramificaciones.
CIESPAL XXI, hasta aquí, es pues un primer e importante paso. Sus espacios invitan al reconocimiento mutuo, y a la integración y construcción de conocimientos. Y, de hecho, a un mayor ejercicio de ciudadanía.
Bibliografía
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Referencias
1 Varios países de América Latina y el Caribe poseen por lo general sus propios portales, con información sobre sus respectivos centros de Educación Superior. www.ecuadoruniversitario.com , es un ejemplo de ello, entre otros.
2 El evento contó con la participación de representantes de observatorios de Argentina, Colombia, El Salvador, Bolivia, México y Ecuador.
3 Periodistas que asumieron este oficio como instrumento de emancipación humana, emancipación e integración nacional y latinoamericana; defensores de sus raíces culturales, y ejemplo a toda prueba de una ética intachable del compromiso y la responsabilidad de la prensa con su ciudadanía.