Obitel_2013

Anuario Obitel 2013
Memoria social y ficción televisiva en Iberoamérica

Año: 2013

 

 


Anuario Obitel 2013
Memoria social y ficción televisiva en Iberoamérica

Información sobre diferentes aspectos de la ficción televisa transmitida por 75 canales de señal abierta de los 12 países que constituyen el Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva (Obitel), publica el Anuario 2013 (Orozco Gómez, Guillermo, e Immacolata Vasallo de Lopes, editores. Rio de Janeiro: Globo Communicaçao e Participaçoes S. A., 2013), que constituye el séptimo consecutivo desde 2007. El Observatorio fue creado el 2005, en Bogotá, por iniciativa de académicos, investigadores y docentes de diversas universidades de siete países de habla luso-hispánica, a los cuales se sumaron, paulatinamente, los cinco restantes.

El anuario está constituido por los informes nacionales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos (producción en español), México, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela. Abre la publicación un análisis comparativo de los aspectos incluidos en cada informe nacional, a la manera de una síntesis que destaca diferencias y similitudes entre los países. Se aborda el contexto de la producción; las piezas de ficción transmitida, incluyendo el top ten, es decir, las 10 de mayores niveles de audiencia; lo más importante del año; la transmediación que se opera actualmente debido al desarrollo de las redes sociales y otras herramientas web 2.0, que permiten pasar del medio audiovisual a la nube, crear grupos de fans que promocionan, en el espacio virtual, incidencias de las ficciones de su preferencia y que incluso pueden dar un giro a la historia transmitida por la “pantalla chica”; y finalmente, el tema del año.

La memoria social y la ficción televisiva es el tema del 2013. “El punto de partida –dice el anuario- fue tomar la ficción televisiva como lugar de memoria (…) y documento de época y comprenderla como narrativa de construcción, manutención y discusión de memoria social, es decir, como recurso comunicativo (…) de construcción de identidad” (p. 80). No obstante, cada país del Obitel observó sus producciones nacionales de manera particular, seleccionando aquellas que sirvieron tanto para recrear el pasado histórico ficcionalmente, como para constituir una memoria mediática, y hasta para remakes y reprises. A fin de cuentas, “esas modalidades de (re)construcción de un discurso sobre el pasado, sirvieron para revelar aspectos y usos relacionados al género ficcional y, en especial, al melodrama como matriz cultural”, siguiendo a Jesús Martín Barbero (p. 81).

Pero como revela el Anuario, el “gran destaque” estuvo en la propia ficción histórica creada para la TV como “forma de archivo de la nacionalidad y/o cuestionamiento de la historia oficial.” En esta perspectiva están Chile, Colombia, Ecuador, Portugal, México y Uruguay; aunque también hay de aquellas que siguen la visión hegemónica de la historia, como se registra en España, Perú y Portugal. Sin embargo, también se encuentran ficciones dedicadas a exaltar acontecimientos o personajes especiales, incluso de carácter religioso como en Ecuador, que permiten “narrar, comprender, construir y reconstruir la identidad nacional” o producir “sentidos de nostalgia de una época considerada, muchas veces, más organizada y feliz.” (p. 83).

En este panorama de narración y/o reconstrucción del pasado, de apropiación de memoria histórica, social, mediática, Brasil, que se ubica como uno de los mayores productores y transmisores de ficción televisiva en Iberoamérica, presenta un hecho excepcional en el tema del año: “la producción de sentidos de memoria” en otros espacios que trascienden el televisivo, pues una telenovela es reconstruida, mediante una escuela de samba, para ser presentada en una celebración esencialmente brasileña y carioca, como es el desfile de carnaval de Río de Janeiro.

Este hecho hace evidente la influencia que ejerce la telenovela, formato del género ficción televisiva, en otras manifestaciones culturales del país que es, a su vez, uno de los mayores exportadores de esta ficción. No en vano, Brasil sigue siendo, con ocho títulos, el que más telenovelas o series coloca en el top ten iberoamericano de la ficción televisiva exhibida en 2012. Los otros dos lugares corresponden a Chile y México que, junto con Argentina, han realizado los 20 títulos más vistos en el mundo ficcional luso-hispánico.
Colombia, que se ha ubicado en los últimos años como uno de los principales productores y aun exportador de guiones para ficción de TV, pone dos en la lista de las 20 primeras ficciones televisivas por niveles de rating, que no obstante fueron adaptados y exhibidos en México. Como país, en cambio, aparece en el puesto 47 de una nómina de 100, con Escobar, el patrón del mal, título que hace referencia a las telenovelas con las que ha alcanzado notoriedad en los últimos años. Perú, por su parte, está en el casillero 34, con Al fondo hay sitio (cuarta temporada), que expresa las formas de vida de una clase media emergente, constituida por emprendedores, y que se convirtió en el aspecto destacado de su informe nacional.

Entre los tres vecinos, Ecuador aparece en el lugar 59 con la transmisión de una telenovela colombiana, El capo 2, la historia de otro de los famosos personajes del narcotráfico. Sin embargo, en lo que respecta a una producción de guión propio, está en el casillero 63, con El combo amarillo 3D, otra de las series de humor que caracterizan la realización de ficción televisiva nacional, lo cual determina que, en el contexto iberoamericano, Ecuador sea la excepción por segundo año consecutivo pues en el resto de los países, las telenovelas sobresalen entre las realizaciones ficcionales.

Se destaca igualmente que el humor salió de la TV para aprovechar las plataformas del espacio virtual, y aprovechar también el significativo crecimiento del acceso al Internet en Ecuador, que hoy cubre el 58% de la población nacional. Así, se desarrolla el fenómeno de audiencia que constituye Enchufe TV, sketchs realizados para un canal en YouTube de la productora quiteña Touché filmes, algunos de los cuales han llegado a sobrepasar nueve millones de vistas. Con menor suerte corrió la primera webnovela ecuatoriana, Resaka, producida en Guayaquil por Telecentro Canal 10, cuyo contenido, sin embargo, aparece de tendencia conservadora frente al humor sarcástico y transgresor sobre situaciones cotidianas, de Enchufe TV.

En el análisis comparativo introductorio, se destaca precisamente que la “aproximación entre ficción y realidad gana repercusión y llama la atención sobre diversas cuestiones sociales.” (p. 56). Y este es uno de los hechos principales por los cuales la ficción se toma buena parte de las horas de transmisión en las pantallas nacionales. Una de las evidencias del 2012 es que la oferta de horas de ficción nacional aumentó en la mitad de los países del Obitel.

Un informe recomendado para conocer el estado de las producciones ficcionales para TV en 12 países, que muestra, también con cifras, la vigencia de la telenovela como la soberana del formato narrativo de ficción, también utilizado para transmitir y revivir la memoria histórica y social, que ya comienza a trascender el mismo medio en el que surgió.
Alexandra Ayala Marín